En las organizaciones modernas el talento se ha convertido en un recurso valioso y esencial. Por tanto, para aprovechar al máximo el talento, es necesario que se cultive en lugar de explotarlo. El concepto de cultivar el talento lleva implícita la idea de plantar (reconocer el talento) y cuidarlo para que dé sus frutos (resultados).
Cultivar el talento implica tener en cuenta las motivaciones y capacidades de los trabajadores. Pero también significa crear hábitos adecuados desde el principio y dar feedback tanto de lo que se hace bien como de lo que debe mejorar o corregir. Esto permitirá que los trabajadores cambien aquellos comportamientos que no encajan con la organización.
Existen diferentes iniciativas para cultivar el talento reconocido. Entre ellas se encuentran;
Sesiones formativas para desarrollar competencias técnicas y emocionales
Programas de coaching empresarial
Planes de carrera personalizados
Planes de bienestar corporativo.
Cultivar el talento aporta muchos beneficios a las organizaciones. Entre ellos, se produce una menor inversión en procesos de selección, se ahorran costes de integración, el compromiso de la persona con la empresa aumenta, se reduce la rotación de personas en puestos clave, se posiciona a la empresa como una buena marca empleadora y el clima laboral mejora.
En definitiva, el cultivo de talento es una práctica que todas las empresas deberían tener en cuenta. Esta práctica contribuye a la satisfacción de los trabajadores y al desarrollo de los resultados de la organización.
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