Con frecuencia, encontramos organizaciones pequeñas, medianas, y algunas grandes, que no aprovechan la riqueza de información que existe en sus estados financieros.
Aquí algunos ejemplos de fallas comunes:
No hay una revisión conjunta con los contadores, ya sean internos o externos, para asegurar que los movimientos de la empresa se registran en las cuentas adecuadas, acorde a la naturaleza de ese movimiento.
Se reciben mensualmente los estados financieros, pero no se analizan. Se considera un ejercicio contable, para fines fiscales, pero no se da el espacio para entender lo que los números reflejan, ni para entender la forma en que se pueden modificar favorablemente esos resultados.
Si se llegan a analizar, comúnmente el análisis se enfoca solamente en el estado de resultados. Es bueno analizarlo, pero da solamente una visión parcial de los resultados empresariales. Entender el balance y la relación con indicadores del estado de resultados da una visión integral para evaluar adecuadamente el impacto que tuvieron las decisiones tomadas en las finanzas de la empresa.
Para atender estos puntos, recomendamos seguir los siguientes pasos:
Explicar a los encargados de la contabilidad la naturaleza de la empresa. Así como hay claridad en que son cadenas de operación distintas las de una comercializadora, que las de una fábrica, que las de una empresa de servicios, la estructura y criterios contables deberían reflejar con claridad la naturaleza de la empresa para asegurar que, al revisar los números, se hará la interpretación correcta.
Asegurar que, al entregar la información, se explican aquellas operaciones no cotidianas y que son relevantes, para que el encargado de la contabilidad las registre adecuadamente, y tú, como dueño o directivo, sabes dónde verás reflejado dicho movimiento.
Solicita que, junto con tu estado de resultados y tu balance, el encargado de la contabilidad entregue auxiliares y analíticas, con el fin de que se pueda llevar el análisis al nivel de detalle deseado para entender los resultados.
Cuenta con un analista que estudie los estados financieros, para entender con claridad los resultados del mes, su evolución, los cambios relevantes, y eso te permite definir una agenda de decisiones a tomar, puntos a controlar, o ajustes que afinar para mejorar la precisión de los números.
Comparte esos análisis con tu equipo directivo y gerencial. Mientras más compartida sea la visión, hay más probabilidades de tener un equipo alineado y enfocado a los temas clave. Recuerda, los números que reflejan tus estados financieros son resultado de tus decisiones, conscientes y planeadas, o improvisadas. Los resultados serán mucho mejores cuando estos son planeados y enfocados.
Al implementar estas acciones, comenzarás a tener una agenda directiva con foco a los temas clave, con sustento claro, y con la capacidad de poder revisar cada mes para evaluar los resultados generados por las acciones definidas.
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