Un proceso financiero bien estructurado es fundamental para garantizar una documentación financiera completa y bien organizada, lo que te permitirá tomar decisiones oportunas y acertadas en tu negocio. Cada empresa tiene su propia operación financiera, influenciada por diversos factores como el giro comercial, el tamaño de la empresa y los procesos internos. En este artículo, exploraremos siete puntos esenciales que debes tener en cuenta para mantener tus finanzas en buena forma.
Capital de la empresa: Es recomendable no comprometer el capital de tu negocio desde el inicio de las operaciones. Muchas personas se preocupan más por la apariencia del lugar, muebles y equipos de alta calidad en lugar de buscar clientes y comenzar a vender. Esta es una práctica financiera poco saludable, ya que se compromete el capital antes de iniciar las operaciones, lo que puede llevar a su fracaso. A excepción de negocios abiertos al público, como tiendas minoristas, es importante priorizar la generación de ingresos sobre los gastos no necesarios en el arranque.
Sembrar para cosechar: Invierte en áreas clave que fomenten la prosperidad y el crecimiento de tu negocio. Puedes sembrar en la contratación y capacitación de personal, mejorar la calidad de tus productos, invertir en publicidad y buscar asesoría profesional. Estas inversiones pensadas en el futuro del negocio y en tu bolsillo pueden generar mayores ingresos a largo plazo.
Margen de ganancia: Nunca subestimes el valor de tu producto o servicio. No malbarates tus precios, ya que el margen de ganancia es esencial para cubrir los gastos y determinar la rentabilidad de tu empresa. Si no crees en lo que vendes, tus clientes tampoco lo harán.
Rentabilidad: La rentabilidad se mide comparando los ingresos generados respecto a la inversión hecha. Es importante clasificar las salidas de dinero en costos, gastos de operación e inversiones. Resta a los ingresos los costos y gastos, y anualiza el resultado. Divide eso entre la inversión hecha. El resultado es la rentabilidad de la empresa. Por lo tanto, es importante mantener el balance entre la generación de utilidades y la inversión hecha en la empresa.
Crédito y fiar: Define el crédito que estás dispuesto a otorgar en tu empresa. Tanto el crédito como el fiar requieren tiempo para cobrar y esperar el pago. El crédito está respaldado por documentos legales que garantizan el pago, mientras que el fiar implica un riesgo mayor sin garantías claras. Considera la prospección de nuevos clientes en lugar de dedicar mucho tiempo a la cobranza.
Reserva de efectivo: Mantén una reserva de efectivo en tu empresa para hacer frente a imprevistos. Se recomienda tener al menos cinco meses de gastos en reserva. Pregunta a tus bancos de confianza sobre programas de inversión que puedan generar un capital a largo plazo.
Paciencia: Ten paciencia en las finanzas de tu empresa y evita exprimir los recursos financieros al comienzo del éxito. Establece sueldos para los dueños de la empresa y respétalos. Esto permitirá que la empresa se asiente en bases sólidas y tenga la capacidad de enfrentar crisis financieras.
En conclusión, seguir estos siete puntos esenciales te ayudará a mantener tus finanzas en condiciones óptimas. Recuerda que cada empresa tiene sus propias necesidades y ciclos financieros, por lo que es importante adaptar estas recomendaciones a tu situación específica. Mantén tus finanzas sanas y toma decisiones financieras informadas para el éxito a largo plazo de tu negocio.
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