Dominar la incertidumbre: cómo las empresas gestionan el riesgo en tiempos cambiantes

En un entorno empresarial cada vez más impredecible, la gestión de riesgos se ha convertido en una prioridad estratégica. No se trata solo de prevenir pérdidas, sino de construir resiliencia para operar con confianza ante escenarios complejos.

Según el Global Risks Report 2024 del World Economic Forum, más del 60% de los líderes empresariales a nivel mundial considera que los riesgos económicos, ambientales y tecnológicos aumentarán en frecuencia e impacto en los próximos 10 años. En este contexto, las organizaciones exitosas han migrado de modelos reactivos a modelos anticipatorios, implementando metodologías como ISO 31000, que promueve una cultura organizacional proactiva frente al riesgo.

Ejemplos como el de Toyota, que rediseñó su cadena de suministro tras el terremoto de 2011 en Japón, demuestran que invertir en gestión de riesgos no solo mitiga crisis, sino que fortalece el modelo operativo a largo plazo.

Los riesgos cibernéticos también son una gran amenaza. Se estima que el costo global de los delitos cibernéticos alcanzará los 10.5 billones de dólares en 2025 (Cybersecurity Ventures). Esta estadística ha empujado a que más del 70% de las empresas medianas y grandes aumenten sus presupuestos en ciberseguridad (Statista, 2023).

La clave está en ir más allá de los controles. Las empresas líderes invierten en análisis predictivo, simulaciones de escenarios, y en planes de continuidad del negocio. También incorporan la gestión del riesgo en todas las áreas: desde finanzas hasta talento humano, pasando por operaciones, marketing y reputación.

Un informe de McKinsey & Company destaca que las organizaciones con cultura de gestión de riesgos tienen tres veces más capacidad para mitigar pérdidas imprevistas que aquellas que no la priorizan.

La conclusión es clara: gestionar riesgos no es una función aislada, es una ventaja competitiva. Las empresas que integran este enfoque de forma transversal están mejor preparadas no solo para resistir, sino para evolucionar.