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Por qué no es buena señal que disminuya la tasa de desocupación


A partir del tercer trimestre de 2009, la tasa de desocupación nacional tuvo su máximo histórico de los últimos 12 años al llegar a 6.1%. Después de ese máximo, la tasa ha comenzado a bajar con una tendencia consistente, hasta llegar al nivel de 3.4% en el primer trimestre del 2017, con lo que ya alcanzó los niveles previos a la crisis del 2008-2009. De inmediato, este resultado genera suspicacias, en particular por producirse en un entorno de lenta dinámica económica. ¿De verdad está la economía generando los empleos y ocupaciones suficientes para la población en el país? Cuando analizamos las tendencias recientes del crecimiento de personas ocupadas cada trimestre observamos que hay ritmos irregulares, inclusive una desaceleración al cierre del 2016 y arranque de este año.

Entonces, ¿por qué sigue disminuyendo la tasa de desocupación? Muy simple: porque hay menos gente buscando empleo u otra ocupación, por lo tanto, la gente que busca y no encuentra (desocupados) va disminuyendo claramente.

¿Y por qué hay menos gente buscando ocupación? Por los cambios demográficos que como país estamos experimentando, en el que comenzamos a tener un envejecimiento de la población, por lo que, aunque sabemos que muchas personas mayores sí requieren seguir trabajando, otros no están en condiciones o en interés de hacerlo.

En la siguiente gráfica comparamos el crecimiento de cada bloque de población mayor de 15 años en el país en 2 quinquenios distintos: el 2007-2012 y el 2012-2017. Se puede observar el decrecimiento en los últimos 5 años de la población desocupada y aquella que se llama disponible para trabajar pero que no busca empleo, sin embargo, el crecimiento de la población ocupada no se acelera significativamente respecto al quinquenio anterior. El único bloque que sí acelera su crecimiento es de la población no disponible, que es aquel bloque sin interés ni condiciones para trabajar, convirtiéndose en el bloque que más aceleradamente ha crecido en los últimos 5 años.

Fuente: elaborada por Inteligencia de Negocios Atalaya con datos del ENOE, tomando promedios móviles para quitar la estacionalidad de las cifras y analizando de forma agregada los últimos 10 años

Esto quiere decir que como país, debemos dejar de pensar en la tasa de desocupación como una variable socioeconómica que da una señal positiva o negativa de la dinámica económica. Estamos ya en una etapa de país en la que la desocupación podría disminuir, y sin embargo tener menos gente ocupada, lo que trae nuevos retos para el país: cómo sostener a un porcentaje de población cada vez mayor en situación no productiva. Si no comenzamos a medir la salud de la economía nacional por número de personas ocupadas, por la calidad de esa ocupación y por productividad, estaremos yéndonos con una visión equivocada que no nos permitiría ver ya la gran necesidad de comenzar a hacer cosas distintas para enfrentar el futuro de las siguientes décadas.

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